sábado, 4 de junio de 2016

EL INCONFORMISMO HUMANO



Amo la soledad cuando no la siento, adoro el silencio cuando no penetra en mis huesos, disfruto de la calma, pero se atrofia mi mente solo de pensarla... 


El equilibrio es incierto, lo que un día anhelamos, al siguiente es lo que más odiamos o no queremos tener cerca; disfrutamos de nuestro inconformismo, nunca nada nos complace. Somos como esponjas, absorbemos todo aquello que necesitamos momentáneamente pero.. queremos más y más, nunca se acaban nuestros deseos de encontrar la felicidad en objetos o situaciones banales. No se como luchar contra esto, es algo tan inocuo, efímero y que persiste en el tiempo (siempre en formas diversas) y sigue ahí, esperando que lo llames o lo necesites. 




Él es paciente, espera a que te sientas incómodo y, después de luchar contigo mismo, interiormente y ante algo que te supera...aparece en forma de odio, llanto, envidia, malestar general o simplemente pereza ante tal situación que creías tener bajo control.


No se puede evitar, ríndete ante él...el factor humano siempre será más poderoso que tus deseos.